¿Cómo sabemos el grado de comprensión del alumno sobre lo que ha leído? Existe una marcada tendencia en la enseñanza de lenguas extranjeras a acompañar sistemáticamente cada actividad de lectura, autónoma o dirigida, de una prueba, generalmente escrita, de “comprensión lectora”. No se trata de desechar esa práctica por completo, pero sí de utilizarla cuando exista un motivo que la haga imprescindible; por ejemplo, cuando queremos dramatizar una escena de nuestra historia favorita hemos de asegurarnos de que se ha comprendido al ser leída.
Para comprobar la comprensión de lo leído se pueden utilizar recursos variados, no necesariamente lingüísticos, tales como:
- Escenificar por medio de gestos o movimientos corporales una historia o parte de ella (mímica).
- Hacer una ilustración sobre el momento más divertido, triste o apasionante de una historia.
- Ordenar viñetas desordenadas que ilustran la secuencia narrativa de la historia.
- Identificar a los personajes de una historia por la descripción que se hace de ellos.
- Realizar una historieta gráfica de la narración, con o sin texto.
- Introducir modificaciones en la historia como cambiarle el final, alterar la localización física de la historia, cambiar algún tipo determinado de palabra (adjetivos de color o tamaño, preposiciones, etc.) por sus antónimos. Después de realizar estas modificaciones se puede llegar incluso a recrear la narración. En este proceso de manipulación del texto el profesor actúa como facilitador de esta tarea, que ha de hacerse en pequeño grupo o grupo-clase
De esta forma podemos mirar la compres ion de lo chicos
Audiouento
EL TIGRE NEGRO Y EL VENADO BLANCO
