EL
NIÑO QUE QUERÍA VER A SU ÁNGEL
Todo niño tiene un ángel que
se llama igual que él y que lo cuida mañana, tarde y noche. Son los ángeles de
la guarda que no comen, ni duermen, ni descansan nunca. Pero ciertas noches de verano,
cuando sus niños están durmiendo muy cansados y tranquilos, sus ángeles salen
de puntillas de su pieza y salen a juntarse en el árbol más grande del
vecindario.
Y allí, reunidos a la luz de
las estrellas como una bandada de pájaros nocturnos y transparentes, se cuentan
unos a otros las maravillas, alegrías y desastres de sus niños. Como tienen el
oído finísimo, cada ángel oye respirar a su ahijado, aunque este duerma a
cuatro cuadras de distancia; y si alguna pesadilla o algún dolor lo despierta,
el ángel de la guarda vuelve a su lado en un suspiro.
Los ángeles adoran al niño o niña que Dios les
confió, aunque sea feo o bonito, bueno, egoísta o mentiroso. Y aunque con su
mirada de ángel nunca dejan de darse cuenta de las debilidades de su ahijado,
siempre encuentran algo bueno, único y precioso que solo tiene su niño y que
comentan en sus juntas nocturnas sobre los árboles
Por acá les dejo el pdf
https://www.cultura.gob.cl/wp-content/uploads/2014/01/un-cuento-al-dia-antologia.pdf
Conocer un poco de las manualidades para hacer en casa.
Disfrútalo
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